Y llegó el día tan esperado, el sol dominical reina en las alturas, palmas y olivos inundan la ciudad del Santo Rostro.
Y tú, cristiano penitente, sacas del armario tu particular tesoro. Todo está preparado, caperuz, túnica, cíngulo y guantes. Todo listo para rezar de una manera tan peculiar, que en los tiempos que corren pocos saben entender.
Te vistes despacio y prestando atención al más mínimo detalle. El rosario cuelga de tu mano y más tarde, recibirás la vela que marcará el camino hacia la Estrella con más luz del firmamento en la noche del Domingo de Ramos. De azul y blanco te presentas ante Ella, con un rezo y bajo el anonimato buscas el lugar en la fila junto a tus hermanos cofrades. Ya estás en la calle, con la mirada al frente, notas como el corazón se te acelera cuando en cada parada, echas la vista atrás y notas su calor, Ella viene al son de los rosarios que se balancean entre varales benditos. El incienso te transporta a otro mundo, ya no te percatas del pequeño que junto a la acera te pide un poquito de cera, con la cual realizan bolas de diversos colores.
Se consumen las horas, igual que el cirio de tus manos y a la vuelta, ya en tu barrio, contemplas estampas que tu retina no podrá olvidar.
Una vez en la casa de Hermandad, después de una tarde-noche inolvidable y cansado físicamente, pero renovado en espíritu, te despides de esa Estrella que ilumina tus pasos en el transcurrir de los días, a la misma a la que le pides fuerzas y ayuda en los momentos difíciles, aquella que con lágrimas en su rostro carga con tu sufrimiento y que te escucha cuando le cuentas tus penas y alegrías.
Así es como lo cuento, porque así lo siento cuando el caperuz roza mi rostro. Por ello decidí plasmarlo al óleo inspirado en la figura de mi hermano menor, nazareno incondicional de la madre que le espera en el Reino de los Cielos. Nuestra Estrella.
Título de la obra: Nazareno de la Estrella.
Fecha: 30 de Diciembre de 2004
Técnica: Óleo sobre cartulina.
Dimensiones: 27 x 47 cm
lunes, 14 de junio de 2010
jueves, 3 de junio de 2010
Guerrero Elfo
Volviendo al dibujo os presento uno de los personajes fástanticos que aparece, entre otras, en la historia de 'El Señor de los Anillos' y del cual me declaro gran admirador.
Se trata de la raza de los Elfos, según cuenta la historia creada por la mente de J.R.R Tolkien, los primeros nacidos de los llamados hijos de Eru en el Tierra de Arda. Son seres de gran poder, sabiduría y belleza.
Éstos despertaron por primera vez cuando Varda, la Señora de los Cielos, una espíritu valië, encendió las estrellas y despertaron en Cuiviénen, región costera al oriente del mar interior de Helcar. Como lo primero que vieron fueron las estrellas, las aman sobre todas las cosas y adoran a Varda.
Estos seres son inmortales, no pueden morir ni por enfermedad ni por vejez, aunque sí por violencia o, en casos extremos, de tristeza.
Sin más os dejo este dibujo de un guerrero elfo, equipado con lanza, armadura, escudo y espada.
Título de la obra: Guerrero Elfo.
Fecha: 9 de Noviembre de 2003
Técnica: Lápiz sobre papel.
Dimensiones: 21 x 29,7 cm
Se trata de la raza de los Elfos, según cuenta la historia creada por la mente de J.R.R Tolkien, los primeros nacidos de los llamados hijos de Eru en el Tierra de Arda. Son seres de gran poder, sabiduría y belleza.
Éstos despertaron por primera vez cuando Varda, la Señora de los Cielos, una espíritu valië, encendió las estrellas y despertaron en Cuiviénen, región costera al oriente del mar interior de Helcar. Como lo primero que vieron fueron las estrellas, las aman sobre todas las cosas y adoran a Varda.
Estos seres son inmortales, no pueden morir ni por enfermedad ni por vejez, aunque sí por violencia o, en casos extremos, de tristeza.
Sin más os dejo este dibujo de un guerrero elfo, equipado con lanza, armadura, escudo y espada.
Título de la obra: Guerrero Elfo.
Fecha: 9 de Noviembre de 2003
Técnica: Lápiz sobre papel.
Dimensiones: 21 x 29,7 cm
Etiquetas:
david plaza,
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