Poesía, música, emoción, sentimiento y mucho amor a la Madre de los Cielos, un pregón que permanece en el recuerdo de aquellos que pudimos disfrutar de una oración en público. Hermano de sangre, de corazón y de fe, como obsequio a ese momento que tú más que nadie guardarás para siempre, tus hermanos te regalamos este retrato, uno puso las manos, otro la prosa.
El sol entre nubes se esconde
cuando la Estrella en la plaza asoma,
será porque no sabe ni cómo ni dónde
quitarte el protagonismo o hacerte sombra.
Mas de envidia refulge en el cielo,
con rayos y luz intensa
pero al poco, una nube densa,
vuelve a cubrirlo por entero.
Nube de incienso y olor
que antecede la luz divina
regando cada retina
que respira con fervor.
Luz eterna de la Estrella,
que convierte en primavera perpetua
un rincón de la Alcantarilla,
que escondido entre callejuelas
guarda con celo una maravilla
a la Madre de Dios,
Reina Dominica, sin mancilla.
Y tu luz deslumbra en el firmamento,
cuando la Luna de Parasceve preside
y nuestro Señor esboza su último aliento,
dando amor a quien lo recibe.
En el cielo oscuro
ya no hay estrella brillando,
pues han bajado a la Tierra
para en forma de cera,
dar luz al rostro que está llorando.
Y así se funde tu candelería,
faro de esperanza es tu figura,
pues la Luna envidia tu hermosura,
Estrella Sublime, Madre Mía,
Reinas habrá, pero como tú ninguna.
Juan Luis Plaza Díaz, XXVIII Pregón de Exaltación a María Santísima. de la Estrella, 2011
Título de la obra: Mi Estrella.
Fecha: 10 de Febrero de 2011
Técnica: Lápiz sobre papel.
Dimensiones: 21 x 29,7 cm